Mientras los microprocesadores y SoC para dispositivos y PC portátiles evolucionan para cubrir las necesidades de los usuarios, ellos crecen en poder de cómputo y gráfico, pero dicho crecimiento trae concesiones relacionadas con la autonomía de los dispositivos basados en ellos, la cual se ha convertido en el limitante de la evolución de estos chips.
Científicos de la Universidad de Surrey afirman estar muy cerca de desarrollar baterías nucleares portátiles, gracias a sus avances en la comprensión del comportamiento del isótopo inestable de bismuto Bi-212, lo que permitiría que dentro de poco se pueda controlar su energía nuclear y liberarla a demanda en pequeñas cantidades suficientes para alimentar a dispositivos portátiles.
El uso de partículas cargadas de Bi-212 en un anillo de almacenamiento especial podría ser una alternativa viable a largo alcance como remplazo de las actuales baterías convencionales usadas en los dispositivos portátiles, ofreciendo una carga de energía hasta un millón de veces superior.
De conseguirse controlar de forma segura la energía nuclear en las partículas excitadas de Bi-212, los dispositivos portátiles dejaran de estar limitados por el consumo/autonomía, aunque la temperatura continuará siendo el limitante a vencer.
En cuanto a la seguridad, este tipo de tecnologías tendrán que madurar mucho para evitar los accidentes típicos de las baterías actuales, como los muchos casos reportados de dispositivos espontáneamente incendiados, casos que aunque poco frecuentes, podrían tener consecuencias muy graves si se dieran en una batería nuclear portátil.