Cuando las naves europeas tomaron contacto en el siglo XV con lo que luego se llamaría América, el continente era un hervidero de etnias y culturas, algunas de ellas muy sofisticadas desde el punto de vista social.
De estas culturas, Incas, Aztecas y Mayas son los más conocidos, pero estos no surgieron de la nada, fueron la culminación de un largo proceso de evolución cultural, y a lo largo de este existieron otras civilizaciones que no se pueden ignorar, pues ello impediría entender el significado de las culturas posteriores.
Las culturas precolombinas geográficamente se dividen en dos zonas:
- Área Mesoaméricana, donde destacan las culturas Olmeca, Zapoteca, Huaxteca, de Teotihuacán, Maya, Mixteca, Tolteca y Azteca.
- Área Andina, donde destacan las culturas Chibcha, de San Agustín, Colima, Sinu, de Chavin, Nazca e Inca.
Durante 3.000 años, antes de la exploración y colonización del hemisferio occidental por parte de los europeos, los pobladores nativos de la América precolombina desarrollaron un conjunto de civilizaciones cuyos logros artísticos e intelectuales podían rivalizar con los de la antigua China, de la India, Mesopotamia y el mundo mediterráneo.
Estos logros resultan aún más sorprendentes si tenemos en cuenta que la mayoría de las técnicas de las civilizaciones del hemisferio oriental no eran conocidas en el Nuevo Mundo. La rueda, por ejemplo, se usaba en Mesoamérica solamente en los juguetes y nunca llegó a aplicarse a la alfarería, a la construcción de carretas o como sistema de arrastre.
El uso de herramientas de metal no era frecuente y, además, no empezaron a utilizarse hasta las últimas etapas de la historia precolombina. Los mayas realizaban elaboradas esculturas y complejos ornamentos de jade golpeando una piedra con otra.